Ayer recordé un episodio al escuchar ese violín y teclado con sonido del viento en sus manos y el secreto del mundo al revés..., dibujó en mi rostro una sonrisa suspirante, el desafío de vencer los pequeños miedos y despertar el alma donde la distancia no se acerca.
3 comentarios:
Solo verme atrapado y solo…
otra vez...
te gusta Leusemia!!!
Besos!
Allí, donde tu dices... vuelan las alas del agua.. y del alma. Aquella emancipación del alma es el punto neurálgico de la vida, en el cuál la distancia no se mide por kilómetros, sino por latidos de corazón.
Un abrazo!
Leusemia me hace recordar a un viaje que forjó mi caracter despertándome a luchar por lo que creo...
La desgana en el amor hace la distancia
Saludos!!!
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